Y ya con el tiempo sobre tus espaldas vas descubriendo que
errores son los que cometiste, que ya obviamente no se pueden modificar. Pero el intento más complejo, doloroso y que generalmente el que no se reflexiona es muchas veces quizá poderlos ver y apreciar a medida que van sucediendo, y dejarlos
de hacer más aún si son reiterativos y provocan un gran desgaste significativo
en nuestro espíritu, nuestra fortaleza y sobre nuestros seres queridos.
Dejar algunos asuntos en manos de la vida es a veces una
hermosa forma de amor y dignidad que muchos deberíamos implementar en nuestra corta y apasionante existencia…
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